16 segundos…
o visto de otro modo 62 metros. Eso fue lo que me separó de mi objetivo.
Han pasado
ya 4 días y sinceramente sigo sin saber que decir, que escribir o como
encajarlo. En ocasiones intento ser positivo y veo la evolución de estos
últimos 6 meses, con 3 marcas personales en 15km (Puzol, Massamagrell y
Valencia), marca personal también en Media Maratón y lo mismo en Maratón con estos
recientes 2:50:15. He entrenado mas kms y más rápido que nunca, la edad no ha
sido un hándicap, ni que decir tiene que he disfrutado un montón… eso son
verdades como puños y entiendo que con el paso de los días esas sensaciones irán siendo cada vez mas
protagonistas de mi película.
Pero 16
segundos… en metros es si cabe más doloroso: 62 de 42.195, menos de lo que mide
la pasarela final. Que no, que no estoy satisfecho, que no me conformo y que me
volveré a retar con esta distancia y conmigo mismo, no sé si el año que viene o
dentro de 2. Será otro duelo a vida o muerte, a cara de perro, como lo han sido
la mayoría de los 12 que he completado y solo quedará en pie uno de los 2.
Las
sensaciones ya en el calentamiento eran excelentes, como dije, llegaba al 100%.
El sistema de entrenamiento de Eugenio Olmos, el método GO RUN había funcionado
a las mil maravillas y estaba plenamente convencido de que tenía la marca en
las piernas.
Deliberadamente
mi grupo: Quique, Julián, Litri y yo nos colocamos en mitad del box de salida.
En esta ocasión no buscamos las primeras filas ni las apreturas, lo que cuenta
es el tiempo real y lo importante era no caerse los primeros metros ni salir “a
pijo sacao”. Esto del maratón es matemática pura y si te pasas en el ritmo
inicial lo acabas pagando seguro. Así que primeros kms ya a ritmo y se forma una
grupeta de 15-20 corredores sin fisuras. Vamos dando la cara todos, a ratos el grupo se
estira y a ratos se compacta, pero el ritmo es bastante uniforme. El paso por el km.10 (40'04'') y x
la Media en 1:24:41 lo acredita, era lo pactado. Así seguimos hasta el km.30,
donde tras pasar por enfrente de las Torres de Quart y el IVAM, encaramos quizá
el peor sector de la carrera, nada que no imagináramos desde un inicio: la Av.
Burjassot-General Avilés-Biopark-Hospital General… ahí se me empezó a hacer
bola la carrera. Era con diferencia la zona menos atractiva y los kilómetros ya
acumulados tampoco ayudaban. Mi esperanza era que al llegar a la Av. del Cid
encarábamos ya los últimos 7-8kms y además de ir hacia el centro de la cuidad, también
el terreno picaba para abajo. Y así fue, pero lo que a mí no me quedaban ya era
“patas”. Intenté mantener el ritmo pero no solo no fui capaz, sino que además
iba perdiendo 3-4 segunditos el mil y compitiendo. Imposible correr a “4 pelao”
como los primeros 30kms. Ya al llegar a la C/Colón sabía que la marca no
saldría, que estaría cerca, pero que había ahí un puñado de segundos
irrecuperables. El giro a derechas hacia Navarro Reverter y el siguiente a
Jacinto Benavente literalmente iba con la vista nublada y no me comí 2
bordillos y una bici de puro milagro. Por unos metros perdí la noción de las
distancias, la vista al frente pero las imágenes eran borrosas y el griterío
era una especie de zumbido muy lejano en mis oídos. Pese a todo volví a correr
a 4’ pelao, pasé a varios que iban peor que yo y otros lo hicieron conmigo. Ya
en la bajada a la Ciudad de las Ciencias intenté no dejar de apretar pero mas
pendiente de que las plantas de los pies no se me acalambraran que de otra cosa
y la entrada en meta fue a tope, sin nada que hacer pero sin querer regalar ni
un solo segundo al crono.

Y sabéis que?... que VOLVERÉ!!