miércoles, 13 de noviembre de 2013

TIC-TAC, TIC-TAC, TIC-TAC...



Ya hace 4 meses desde que empezó esta “carrera de fondo” en mi preparación para el Maratón de Valencia 2013. Esa fue tb la 1ª entrada de este modesto Blog con algo parecido a: A 4 MONTHS HISTORY… bueno pues ya estamos a menos de 4 días.

La verdad es que aunque sea tirando de topicazo, parece que fue ayer!!!l

Han sido estos 4 últimos meses y en términos deportivos, los más felices de mi vida. He disfrutado como un auténtico nanete cada una de las fases, de los entrenamientos duros e intensos, de los largos, de las sesiones de pista, de los mediodías de calor asfixiante o de las madrugadas y amaneceres de la huerta, pero sobre todo de l@s que me han acompañado en este camino… pero ya hablaremos de eso el sábado que me conozco y me lío.

En resumidas cuentas, los deberes están hechos. Excusas “cero” y dolores “cero”, pero claro, en esta semana de poco entrenamiento a uno le da por pensar y por comerse la cabeza: que si los geles, que si hará o no hará viento (el fresquito parece estar asegurado, cosa que me hacer ser, si cabe, mas positivo), que si el ritmo de salida, si correr lineal o buscar un negative split (mas rápido la segunda mitad que la primera, para los no tan frikis de esto)… en fin, que estoy cagao!!!!!
 
 
Tras el último largo del domingo, 20km a ritmo cómodo acompañado por mi querida Manada, Michel y algún que otro amiguete, esta semana es de hacer bien poco. Desde 2005 antes de cada maratón me gusta seguir unas pautas de alimentación conocidas como la Dieta Disociada Escandinava, aunque no en modo radical. Consiste básicamente en reducir la ingesta de carbohidratos la primera parte de la semana para provocar un vaciado de los depósitos de glucógeno. En la práctica esto significa renunciar a pan, pasta, arroz, cereales, dulces, bebidas energéticas, miel...
Tras esta travesía en el desierto, que dura desde el domingo x la mañana hasta el miércoles tarde-noche, se pasa a aumentar la aportación de dichos hidratos y rellenar los depósitos vacíos de nuevo y sano glucógeno. Tiene sus defensores y sus detractores, pero para mí es parte del juego, como tantas otras cosas.

El jueves noche es el día elegido para el último masaje, éste ya mucho más light.
 

El viernes Feria del Corredor y recogida de dorsal, mas leña al fuego. Centenares de caras conocidas y otras tantas conversaciones con un denominador común, los 42.195 metros del domingo 17 de Noviembre a partir de las 09:00 a.m.
El sábado ya está todo el pescado vendido, un rodajito mañanero de activación de 20’-25’ con super sesión de estiramientos y listo. Quedará templar los nervios, hacer algún planecillo lo más relajado posible e intentar algo de siesta, porque por la noche las horas de sueño no serán (en mi caso) ni muchas ni de excesiva calidad… pero está en el guión de todo maratoniano.



(por cierto, estoy en mi menor peso desde que corro maratones, 69’3kg, cuando este verano rondaba los 74-75… y mi pobre madre preocupada x si como o no lo suficiente!!)
 

Tic-tac, tic-tac, tic-tac…